14/11/13

230 Ansares, la antesala del invierno.























De siempre relacionamos la arribada  de los gansos con la llegada del frío, es un  conocimiento arraigado en la memoria colectiva del pueblo,  forma parte de una sabiduría que algunos llaman memoria comunicativa no escrita,  construida, transmitida y compartida por el grupo o la sociedad de forma oral, quien sabe desde cuándo.

Es un conocimiento primitivo, que nos relaciona directamente con el medio, con la estación que se nos viene encima,  que nos predispone a afrontar los nuevos  tiempos, dominados esencialmente por la falta de luz y calor.

Cierto es que la observación y la escucha de los ánsares nos evocan la llegada del invierno. Ayer, 13/11,   fue ese día del calendario en el que aparecieron los ánsares, abriéndose paso entre la llovizna que abrazaba  las cordilleras prelitorales, al encontrar sus lugares de paso tradicionales cerrados por la niebla, costeaban, vimos grupos grandes sobre la mar y  en el límite de la niebla, hacia poniente.

Hasta 230 ejemplares, en 9 grupos, pasaron por la rasa costera de Castro, en una desapacible tarde, luego por la noche, más, mucho más, ¿Quién sabe cuántos? Se podía oír sus graznidos con ritmo constante, buscando la cohesión del grupo, rasgando la tranquilidad de la noche.

Más observaciones, más detalles: Trektellen





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